En Chile se vive una partidocracia vinculada al gran empresario y a la oficialidad de las fuerzas armadas. Los gobiernos se circunscriben al legalismo, a la verticalidad y el autoritarismo sin consultar las medidas antipopulares que imponen esperando que el cansancio agote y calme las insatisfacciones acostumbrando al ciudadano a bajar la cabeza y enrielarse reincorporándose al ganado social domesticado, como ocurrió con el Transantiago, que puso en pie de rebeldía a miles de santiaguinos que poco a poco fueron acondicionándose a las nuevas medidas que cercenaron y dividieron la capital en sectores de donde se hace difícil salir y pasear como antes. Antes una persona viajaba de un barrio a otro, ahora debe llegar al centro y de ahí tomar otra locomoción. Antes una persona calculaba su horario para ir al trabajo, ahora debe levantarse una hora antes. Antes llegaba a casa a una hora, hoy llega una hora más tarde.
Ese ejemplo demuestra como funciona el gobierno en los demás campos. El gran empresariado tiene las manos libres, como en Mehuín, donde el ducto de la papelera quieren llevarlo hasta el mar y la población se levantó organizando la defensa del territorio y la limpieza del agua donde sobreviven los pescadores artesanales, pero los empresarios pagaron a algunos pescadores y dividieron a la población avanzando en la domesticación con la zanahoria y el palo, ya que están protegidos por las fuerzas represivas del gobierno.
Los partidos están sumamente desprestigiados y las encuestas los colocan en lugares muy bajos de la confianza de la población, como la encuesta de la ONU hace pocos días donde se muestra que sólo un 6% confía en ellos y el 91% confía poco o nada. Eso genera un vacío muy grande, ya que la participación y la acción democrática normalmente se ha entendido que se hacen a través de ellos, lo que explica la enorme cantidad de no inscritos en los registros electorales y de la abstención junto a los votos nulos y blancos, que sumados se aproximan a la mitad de los que tienen edad de votar.
Sabido es que muchos votan por falta de alternativas o por escoger el mal menor y algunos tal vez por el temor a sanciones. Algunos lo hacen para mantener su situación de privilegio y otros con la esperanza de algún cambio, como el irrisorio porcentaje que vota a la izquierda. En definitiva la encuesta sólo vino a corroborar lo que es vox populis, y recordamos que vox populis vox deus, osea, los partidos están sentenciados.
Ello ha llevado a una fuerte discusión tras bambalinas entre los propios partidos y el gobierno, llegándose a situaciones tan contradictorias como que sectores de derecha se alían al gobierno, otros conversan con la izquierda, sectores abandonan sus tiendas partidarias, otros negocian candidatos, que quieren que todos voten, que sea voluntario, que sea obligatorio, la UDI teme el voto juvenil, como que los jóvenes estuvieran interesados en el tema, sin encontrar aún el acuerdo que haga salir humo blanco. Como el Partido Comunista ha negociado con los partidos de gobierno para ganar juntos contra la derecha en 50 municipios, sus electores se supone que deberían votar por los partidos oficialistas, lo que hace la boca agua a algunos demócratas cristianos y tiene saltando de alegría a algunos socialistas y PPD, partido este último que insiste en transformarse en el principal aliado del PC llevando a su superstar dirigente burócrata de los subcontratados del cobre a su congreso interno aplaudiéndolo a rabiar mientras el camarada Cuevas levantaba el puño hacia lo alto.
Todos estos componentes y muchos más de la crisis general de los partidos han preparado las condiciones para levantar en los municipios candidaturas independientes alternativas que expresen directamente la voluntad popular, esta vez sin intermediarios ni grupos partidarios que negocien a espaldas de la gente, en un camino progresivo hacia la conformación de un instrumento político de la ciudadanía, un instrumento que exprese dentro de las instituciones las formas de organización autónoma de una nueva sociedad que se construye desde fuera de ellas y que no representa a dirigentes, intelectuales ni grupos en disputa por el poder.
Vaya al próximo capítulo: La llamada marginalidad y las organizaciones sociales:
http://alcaldeprofesorj.blogspot.com/2008/05/propuesta-1-la-llamada-marginalidad-y.html
Vuelva a la Introducción y a los enlaces de cada capítulo:
http://alcaldeprofesorj.blogspot.com/2008/05/propuestas-ante-la-crisis-del-poder-en_20.html
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