martes, 20 de mayo de 2008

PROPUESTA 1: LA LLAMADA MARGINALIDAD Y LAS ORGANIZACIONES SOCIALES

En la periferia social llamada normalmente marginalidad, pueblo pobre, etc. está el presente y el futuro de la reorganización autogestionaria de la economía en redes que interactúen con las redes mercantiles del capitalismo y del estado, así como de las formas democráticas de los municipios autónomos. La propaganda institucional intenta permanentemente levantar aún más los muros entre las capas medias y estos sectores, en especial mostrando todos los días de forma machacante que es allí donde la represión persigue delincuentes, militantes, narcotraficantes, combatientes, violadores, etc, trasmitiendo una imagen falsa de esa realidad, separando aún más a la ciudadanía en categorías sociales o aún psicológicas. En los barrios se esconden los malos y hay que golpearlos, mientras que los crímenes de corrupción y estafas en las alturas institucionales esconden miles de detalles para evitar confirmar la convicción de que los peores delincuentes y criminales se encuentran en el estado y las instituciones. Mientras arriba se roban millones, quien se apodera de una gallina para alimentar a la familia merece las penas del infierno, la hoguera y la estigmatización. El pobre es tratado de delincuente, el rico de corrupto o estafador.

Sin embargo la organización de comités autónomos para la salud, la educación, la cultura, la autogestión y otras formas asamblearias de vincularse entre vecinos permite a sectores de capas medias empobrecidos, frustrados e insatisfechos identificarse con las formas asamblearias democráticas de la autoorganización en los sectores marginados. La alianza entre estos dos sectores basada en el humanismo, el respeto, la democracia y la participación, podrá contribuir enormemente a la expansión del sentimiento de búsqueda de otras formas de vida y la creación de instrumentos conceptuales y prácticos para erigir los municipios autónomos.

Las organizaciones sociales chilenas en general son bastante institucionales y legalistas, es decir la mayoría de sus dirigentes y las formas poco democráticas de decidir internamente siguen el modelo vertical autoritario impuesto por el estado, los gobiernos y los partidos, como las juntas de vecinos, sindicatos y aún las llamadas redes transversales constituidas centralizadamente por sectores de la izquierda tradicional.

Pero, de forma lenta, constante y segura, se abre camino y avanza la convicción de que la autoorganización por abajo y la participación de forma horizontal de muchos que buscan solución a sus necesidades, es una fórmula que asegura respuestas basadas en sus propias manos, capacidades e iniciativas. Los encuentros, agrupaciones y colectivos que desarrollan actividades autogestionarias, centros culturales, escuelas populares, comprando juntos, comités autónomos de salud, medicina alternativa y natural, bibliotecas populares y muchos más, se extienden por todo el territorio del país. No hay barrio de cada ciudad que no cuente con uno, dos o más espacios de encuentro que buscan desarrollar nuevas formas de vida, cultura y economía alternativa. Poco a poco esas experiencias van saliendo de la invisibilidad e interactuando con otras similares rescatando elementos identitarios y comunes que configuran una acción comunitaria, diferentes de las viejas organizaciones tradicionales y aún de los llamados movimientos sociales, que se caracterizan por moverse tras una reivindicación y exigencia al estado sin constituirse en nuevas formas de vida, sino reproduciendo todas las anteriores, por lo que es muy poca su contribución a la configuración de una nueva democracia.

Vaya al próximo capítulo: Situación de Valparaíso:
http://alcaldeprofesorj.blogspot.com/2008/05/propuesta-1-situacin-de-valparaso.html

Vuelva a la Introducción y a los enlaces de cada capítulo:
http://alcaldeprofesorj.blogspot.com/2008/05/propuestas-ante-la-crisis-del-poder-en_20.html

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